viernes, 16 de mayo de 2014

¡¡Talleres con niños!!

Todos esperábamos con mucha ilusión este día puesto que era la primera vez que íbamos a realizarles talleres a niños desde que comenzamos el curso. A la hora de organizar los talleres se decidió que se iban a elaborar cinco talleres por clase puesto que teníamos un tiempo muy limitado para realizar las actividades y además de que no eran muchos niños. Una vez ya todos los grupos estaban organizados nos pusimos a crear nuestros talleres y a elegir un sitio donde poder realizarlos. Nuestra actividad consistía en que ellos crearán un cuento y que representaran a través del dibujo en papel continuo. Después, nos encargamos de colocar todo los materiales en el lugar que habíamos escogido. Con todo ya preparado, esperábamos en clase muy ilusionados su llegada.

Cuando llegaron los niños a clase una portavoz del grupo se encargo de presentarnos y de explicarle a los niños lo que íbamos a hacer en clase. Seguidamente dividimos a los niños en cinco grupos para que cada uno de los grupos fuera un taller. La división de los grupos fue un tanto compleja porque algunos niños no querían separarse y otros incluso no querían estar juntos, pero al final más o menos todos los grupos quedaron de forma equitativa. Como disponíamos de muy poco tiempo con ellos sólo pudimos realizar el taller con dos grupos. Nuestro primer grupo fue un tanto complicado puesto que el grupo que se había creado estaba un par de niños que se metían con uno de sus compañeros, nosotros puesto que no los conocíamos y no habíamos visto nada raro pues comenzamos a pintar. Pero poco después el niño comenzó a llorar en ese momento una miembro de nuestro grupo se fue con el niño para que se pudiera tranquilizar. Él le contó lo que le ocurría con los niños y ella intentó de tranquilizarlo pero se encontraba bloqueado, no quería hacer nada. Una compañera del grupo de al lado al ver lo que ocurría se acerco a preguntarle que si se quería ir al otro grupo que también era de pintar, el niño ante esto se puso a llorar y a decirles que el no sabía pintar y por mucho que ellas intentan animarlo a que pintará no lo consiguieron. Al final ambas compañeras decidieron cambiar al niño de grupo para que se encontrará mejor, ya que así los otros niños no se meterían con él, aunque no consiguieron que pintará. El segundo fue todo mucho más divertido, todos se pusieron a crear una historia rápidamente y entre todos nos lo pasamos muy bien, ellos dibujando y nosotros ayudandoles.


Una vez ya acabados los talleres, nos encargamos de llevar a los niños a la clase para realizarles una despedida. Al final, aunque nos hubiera encantado poder habernos despedidos de ellos,  no fue posible realizarla puesto que iban con prisa para no perder el autobus. Aunque fue una pena el no podernos haber despedido de ellos disfrutamos mucho de su visita y nos encantaría repetir de nuevo la experiencia.

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